Observador Ciudadano Tu pagina de inicio


LA CIUDAD DE LOS TAXIS
Y OTRAS CALAMIDADES

Por Carlos Rodríguez Fonseca




Salvo que esté equivocado, creo que fue el barón Alexander von Humboldt quién, maravillado por el gran y diverso colorido que le daban sus flores custodiadas por enormes araucarias, bautizó a Xalapa como “la Ciudad de las flores”.

Leonardo Pasquel, en el prólogo de su libro “Perfiles de Xalapa”, editado en 1949, la define como “una vieja ciudad de provincia que conserva un aspecto entrañable, integrado en un cordial caserío de arquitectura gris y melancólico a tono con el paisaje, respetuosa de una tradición embalsamada de flores y de familiar señorío y acogedora en sus costumbres impregnadas de urbanidad y modeladas en pudor ciudadano”.

Ahora, a más de medio siglo después, la arquitectura xalapeña dista mucho de ser gris y melancólica, ya que ha habido un crecimiento desmesurado, gracias al furor edificatorio y expansionista de varios ávidos magnates que han construido centros comerciales primermundistas y desarrollos habitacionales, sobre todo hacia la parte sur de la ciudad, los cuales por cierto, solamente cuentan con una vía de acceso, provocándose congestionamientos vehiculares por el destrozo que le ocasionan a la calle esa, que se convirtió en una especie de embudo que dificulta la entrada y salida de sus habitantes. Ese problema podría componerse si tan solo se les ocurriera a las autoridades de la ciudad construir la avenida que va de esas colonias directamente al puente del distribuidor vial de Las Trancas.

En cuanto al florido embalsamado, ahora sólo quedan unas cuantas flores casi sin aroma, pero eso sí, siguen estando custodiadas por una enorme araucaria, que aunque sea de fierro colado, por decreto oficial se convirtió en el símbolo de la ciudad.

Actualmente nuestro paisaje sigue estando coloreado, pero de taxis rojiblancos que son tripulados por intrépidos “autonautas” que sin urbanidad alguna recorren velozmente nuestras estrechas calles causando estupor y sobresalto a sus pobladores, quienes prácticamente deben saltar para no ser arrollados. Por cierto, no entiendo cómo y cuanto les puede convenir a los choferes postureros formarse en larguísimas colas a las afueras de los centros comerciales y en CAXA, para esperar una “corrida” que cuando mucho costará 50 pesos.

Por último, vemos con tristeza que aquellas costumbres pudorosas de los ciudadanos ya no están modeladas en civismo, pues con tan solo leer en cualquiera de los periódicos locales vemos que abundan los hechos delictivos y en los avisos de ocasión impúdicamente se anuncian hombres y mujeres que ofrecen sus servicios hetero u homo sexuales. QUE PENA

carrofonseca@hotmail.com


Suscríbete a nuestro Sistema Informativo,

Envia un mail con la palabra SUSCRIPCION,

(Suscribete aquí) Recibirás la información mas relevante de los acontecimientos que harán historia y tu podrás enterarte antes que nadie.