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LA LLAMADA GUERRA SUCIA
(UN CRIMEN SIN CASTIGO)

Por CARLOS RODRIGUEZ FONSECA


Desde hace varios meses hemos sido testigos de una serie de eventos que bajo la apariencia de tratarse de actividades propias de sus respectivos cargos dentro de las administraciones públicas federal, estatal o municipales, así como del poder legislativo, han venido desarrollando diversos funcionarios de esas entidades, obviamente con el propósito de promoverse personalmente para los cargos que estarán en disputa en las próximas elecciones estatales.

Igualmente hemos podido constatar la instalación de anuncios espectaculares en varias ciudades y carreteras de nuestra entidad, destacando los atributos de tal o cual individuo que le harían merecedor para ocupar esos cargos, lo que también han venido haciendo a través de los medios de información tanto periodísticos, como de radio y televisión e inclusive informáticos via internet en los que se han venido promocionando políticamente desde hace mucho tiempo.

Lo anterior no necesariamente puede ser considerado de manera negativa o violatoria de lo que podríamos llamar como fair play o juego limpio, pero he aquí que sobre todo a últimas fechas han colocado anuncios espectaculares que contienen textos en los que denostan al personaje en cuestión y en diversas publicaciones, así como en las redes informáticas, han insertado artículos en los que francamente se atacan las figuras de unos y de otros y otras en lo que el vulgo ha bautizado como guerra sucia.

Las normas del ordenamiento electoral del Estado en las que podemos encontrar algún referente sobre propaganda, serían el último párrafo del 69 y el artículo 74. En efecto, el último párrafo del 69 nos dice que en el transcurso de las precampañas que lleven a cabo los precandidatos queda prohibida la contratación de propaganda o cualquier otra forma de promoción personal en radio y televisión y que el incumplimiento a ello puede traer aparejada la negativa del registro como candidato y si tal conducta se detecta en fecha posterior a su registro, se le cancelará el que se le haya otorgado; el 74 obviamente debería referirse SOLAMENTE a aquellos precandidatos que no obtengan su registro como candidatos pero desafortunadamente conforme a su redacción obliga a TODOS ( incluso al que resulte ganador) al retiro de sus respectivas propagandas 5 dias antes del registro de candidatos. La sanción prevista es una multa administrativa por el equivalente a 50 salarios mínimos que le aplique la autoridad municipal.

Pero he aquí que esa llamada guerra sucia es un crimen sin castigo (salvo el castigo del desprecio que le de la sociedad veracruzana), ya que el legislador no determinó sanción alguna a ese respecto ni en el Código Electoral ni en el capítulo de delitos electorales que contempla el Código Penal del Estado, así que lo mas seguro es que durante los próximos casi cuatro meses para la jornada electoral, estaremos conociendo y padeciendo de ataques fuertes y despiadados tanto para Tirios como para Troyanos..


carrofonseca@hotmail.com.

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ASCENDENCIA POLITICA DE JAVIER DUARTE DE OCHOA


Por CARLOS RODRÍGUEZ FONSECA


Hay ocasiones en que cuesta mucho trabajo ponerle un título adecuado al artículo que se escribe y precisamente este vino a ser uno de esos casos, ya que originalmente pensé en nominarlo como “el raigambre político de JDO”, pero al consultar el diccionario comprobé que la palabra raigambre ha sido malamente usada para explicar las raíces de las personas, toda vez que en realidad es un término de botánica que significa el conjunto de raíces de los vegetales, unidas y trabadas entre si; y también pero en sentido figurado, se dice que raigambre es el conjunto de antecedentes, hábitos, intereses o afectos que hacen firme y estable una cosa o impiden su reemplazo o su enmienda aunque tenga defectos. Fue por esto último que mejor opté por usar el de la “ascendencia política”, aunque con el mismo parezca que se trata y pueda contener o bien una crítica mordaz o por el contrario, un “cebollazo” acerca de la vertiginosa carrera política que en tan solo 5 años ha tenido el joven licenciado Javier Duarte de Ochoa dentro de la administración estatal que encabeza su jefe y mentor, el Maestro Fidel Herrera Beltrán.

Como todos en Veracruz recordamos, el joven licenciado Duarte de Ochoa se inició como subsecretario de Egresos en la Secretaría de Finanzas y Planeación del Estado, de donde abrevó toda la sapiencia hacendaria y financiera del contador Rafael Murillo, entonces titular, tanto así que a partir de que este último dejó dicha dependencia, el Gobernador lo ascendió como Secretario del ramo, y según se dice, fue uno de los artífices de la bursatilización de impuestos. A ese último cargo renunció hace aproximadamente un año para contender exitosamente por la diputación federal en el distrito de Córdoba de la que todo parece indicar, muy pronto solicitará licencia para ser el candidato del PRI a la gubernatura del Estado.

¡Pero no!, no es esa la ascendencia política a la que me refiero en este trabajo, sino a la que se desprende del árbol genealógico de Javier, que por cierto es de buena cepa ya que entre sus ancestros hubo políticos de gran valía que en sus respectivos momentos sirvieron a los veracruzanos dentro del poder público, uno de los cuales incluso llegó a ser un buen Gobernador del Estado durante 1974 y hasta 1980; este fue, ni mas ni menos que el finado licenciado Don Rafael Hernández Ochoa, del que tan buenos recuerdos tenemos muchos veracruzanos, especialmente varios de los políticos actuales quienes siendo bastante jóvenes en esas épocas, los incorporó en diversos cargos públicos dentro de su administración.

La historia de la familia, según me fuera contada por mi amigo y colega, el licenciado Luis Manuel Campos Ochoa, -que viene resultando tío del referido-, es de la siguiente manera: el hermano del bisabuelo de Javier, de nombre Manuel Edmundo de Ochoa Vásquez, fue un servidor público que estuvo laborando durante varios años como oficial mayor en la Legislatura del Estado (así se llamaba lo que hoy conocemos como Congreso del Estado) e incluso llegó a ser diputado local más o menos a finales del siglo XIX, pero como le criticaban por su apellido “de Ochoa” diciéndole que sonaba como de la burguesía, le eliminó la preposición y lo dejó simplemente Ochoa a secas. Pues bien, una de las hijas de Manuel Edmundo, de nombre Ana, era la mamá de mi amigo Luis Manuel y otra ellas, de nombre Elvira, era la mamá del exgobernador Rafael Hernández Ochoa.

Por su parte, el bisabuelo de Javier Duarte de Ochoa, que se llamaba Eugenio de Ochoa Vásquez, no quiso eliminar el “de” de su apellido y así registraron a sus hijos y nietos, siendo una de las nietas precisamente la mamá de Javier y es por ese pequeño pero gran detalle que los apellidos de éste son Duarte de Ochoa, aún cuando en realidad tienen el mismo origen familiar.

Justamente fue por las circunstancias que he narrado y no por otras, el porqué este artículo lo intitulé bajo el nombre de “la Ascendencia Política de Javier Duarte de Ochoa”. CONSTE

carrofonseca@hotmail.com












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EL MITO DE LAS ENCUESTAS EN MATERIA ELECTORAL


Por CARLOS RODRIGUEZ FONSECA




De ninguna manera me referiré en este trabajo a una firma encuestadora de nombre similar, por lo que cualquier semejanza es pura coincidencia.


La palabra "encuesta" se usa más frecuentemente para describir un método de obtener información de una muestra de individuos. Esta "muestra" es usualmente sólo una fracción de la población bajo estudio, pero si se trata de obtener una tendencia hacia donde votarán la mayoría, los resultados pueden ser bastante engañosos.


A diferencia de un censo, donde todos los miembros de la población son estudiados, las encuestas recogen información de una porción de la población de interés, dependiendo el tamaño de la muestra en el propósito del estudio. En una encuesta bona fide, la muestra no es seleccionada caprichosamente o sólo de personas que se ofrecen como voluntarios para participar. La muestra es seleccionada científicamente de manera que cada persona en la población tenga una oportunidad medible de ser seleccionada. De esta manera los resultados pueden ser proyectados con seguridad de la muestra a la población mayor. La información es recogida usando procedimientos estandarizados de manera que a cada individuo se le hacen las mismas preguntas en mas o menos la misma manera. La intención de la encuesta no es describir los individuos particulares quienes, por azar, son parte de la muestra sino obtener un perfil compuesto de la población.


Una "encuesta" recoge información de una "muestra." Una "muestra" es usualmente sólo una porción de la población bajo estudio, por lo cual, si esa porción de población pertenece a núcleos interesados, evidentemente dará resultados favorables a esos núcleos.


La Recolección de Datos, consistente en la recopilación de información; se lleva a cabo por medio de entrevistas, cuestionarios y observación; donde el analista obtiene y desarrolla los sistemas de información logrando sus metas y objetivos.


El analista debe de demostrar y desarrollar las destrezas de sus conocimientos, manifestando su honestidad, imparcialidad, habilidad, objetividad, control, comunicación, comprensión y cortesía para lograr la búsqueda de información a través de las herramientas antes mencionadas.


Las encuestas tienen por objetivo obtener información estadística indefinida, mientras que los censos y registros vitales de población son de mayor alcance y extensión. Este tipo de estadísticas pocas veces otorga, en forma clara y precisa, la verdadera información que se requiere, de ahí que sea necesario realizar encuestas a esa población en estudio, para obtener los datos que se necesitan para un buen análisis. Este tipo de encuesta abarca generalmente el UNIVERSO de los individuos en cuestión.


Una forma reducida de una encuesta por muestreo es un "sondeo de opinión", esta forma de encuesta es similar a un muestreo, pero se caracteriza porque la muestra de la población elegida no es suficiente para que los resultados puedan aportar un informe confiable. Se utiliza solo para recolectar algunos datos sobre lo que piensa un número de individuos de un determinado grupo sobre un determinado tema.


Por ejemplo, antes de una elección como la que tendremos a mediados del año, una muestra de electores está siendo interrogada para determinar cómo los candidatos y los asuntos son percibidos por el público, pero dependiendo de la organización y seriedad de la encuestadora, serán mas o menos los resultados que se obtengan, siendo lo más seguro que le sean favorables a quien los haya contratado.


En opinión del suscrito y he aquí la razón por la que sostengo que en materia electoral y para medir la tendencia del voto hacia determinado partido o incluso hacia determinado candidato, las encuestas resultan un mito, toda vez que si el muestreo se realiza entre uno grupo de personas que estén participando en algún mitin de un partido o en una asamblea de su sindicato, es obvio que la tendencia favorecerá al partido al que esté afiliado el sindicato: Si ese mismo muestreo se hace entre empleados públicos también se obtendrán resultados imprecisos, toda vez que sus respuestas estarán influenciadas para no ser descubiertos por sus jefes por el temor a ser cesados.


Por otra parte, como popularmente se ha dicho que el voto es secreto, aún cuando el muestreo se efectúe entre la población no comprometida, lo mas probable es que las respuestas que den durante la encuesta no corresponda a la decisión que finalmente tome cada persona al momento de emitir su sufragio. Así pues, señores pre-precandidatos, hay que fortalecer las campañas políticas mas con propuestas que con diatribas.


carrofonseca@hotmail.com




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