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HONOR AL BICENTENARIO

Por Carlos Rodríguez Fonseca





Con el propósito de hacer descansar a nuestros sufridos lectores sobre los artículos, reportajes, análisis y fantasías sobre las elecciones en nuestro Estado, ¡que si las ganó fulano, que si las ganó perengano, QUE EL ÁRBITRO ESTÁ VENDIDO, que si se cayó el sistema, que si la empresa contratada para el PREP resultó un tanto chafa ! y demás elucubraciones que se les ocurren a los columnistas, pensé que para conmemorar el bicentenario, resultaba mas saludable brindarles una aportación cultural acerca de uno de los monumentos históricos más emblemáticos que tiene nuestro país y que es la Columna de la Independencia que engalana el Paseo de la Reforma de la ciudad de México.


La primera piedra de la construcción de esta obra se puso una vez terminada la cimentación el día 2 de enero de 1902, hace ya más de 100 años, y la ceremonia fue encabezada por Porfirio Díaz, quién colocó dentro de ella un cofre dorado con el acta y una serie de monedas de cuño corriente de la época.
El autor del proyecto fue el famoso arquitecto Antonio Rivas Mercado, mientras que el ingeniero Roberto Gayol realizó y dirigió la obra y el artista italiano Enrique Alciati se encargó de los grupos escultóricos.


El monumento terminado fue inaugurado por Porfirio Díaz el 16 de septiembre de 1910, con motivo del Centenario de la Independencia de México.
El basamento del monumento es cuadrangular, y en cada uno de sus vértices aparecen representadas las figuras en bronce, fundidas en Florencia, de la Ley, la Justicia, la Guerra y la Paz. Al frente existe una placa de mármol blanco donde se lee: "La Nación a los Héroes de la Independencia" y delante de esta inscripción un león gigante en bronce conducido por un niño que simboliza fuerte en la guerra y dócil en la paz.


También en la base se localiza un grupo escultórico formado con las estatuas en mármol de Carrara de los principales héroes de la Independencia, que representan a Don Miguel Hidalgo y Costilla, Don José María Morelos y Pavón, Don Vicente Guerrero, Don Francisco Javier Mina y Don Nicolás Bravo. Dos esculturas femeninas acompañan a Miguel Hidalgo, representando, a su mano derecha la Historia y a su mano izquierda la Patria, que le ofrece un laurel.


La columna en sí mide 36 metros de altura y una vez sumada la altura del grupo escultórico que la corona, alcanza en total 45 metros, que es equivalente a la de un edificio de 15 pisos; está estructurada en acero y recubierta con piezas labradas de cantera de Chiluca, decoradas con palmas, guirnaldas y dos anillos que llevan los nombres de 8 de los héroes de la Independencia: Agustín de Iturbide, Juan Aldama, Ignacio Allende, López Rayón, Hermenegildo Galeana, Mariano Matamoros, Guadalupe Victoria y Manuel Mier y Terán. En su capitel se alojan cuatro águilas del escudo mexicano de aquel entonces con las alas desplegadas, en cada uno de los lados.

La escultura que se encuentra en la cúspide de la columna y que conocemos como el Ángel de la Independencia, representa la Victoria Alada y es obra del escultor italiano Enrique Alciati, es de bronce con recubrimiento de oro y mide 6.7 metros de altura y pesa 7 toneladas, en una mano sostiene la corona de laurel símbolo de la victoria y en la otra una cadena con eslabones rotos, símbolo de la terminación de la esclavitud impuesta durante 3 siglos de dominio español. No fue donada por ningún gobierno extranjero, como lo cree mucha gente ya que se construyó con recursos propios, salvo que Alciati llevó los modelos de yeso a Italia, para hacer el vaciado en bronce a la "cera perdida" en Florencia, en los Talleres Galli.La Victoria de Samotracia (Museo del Louvre, París), es conocida también como la Victoria Alada, fue realizada en mármol hacia el 190 A.C., y es una de las esculturas griegas más famosas del periodo helenístico. Mide 2,4 m, y se creó originariamente como parte integrante de un conjunto escultórico que representaba a la diosa de la victoria sobre la proa de un barco de guerra.

Esta escultura cayó a tierra durante el sismo de la madrugada del 28 de julio de1957 y fue reconstruida y reestructurada por un grupo de técnicos encabezados por el escultor José María Fernández Urbina. Este trabajo tardó más de un año en concluirse, por lo que la columna permaneció sin su colosal complemento, hasta el 16 de septiembre de 1958 en que fue reinaugurada.

En el año de 1925, los restos mortuorios de Hidalgo, Morelos, Guerrero, Doña Leona Vicario, Aldama, Jiménez, Mina, Quintana Roo y Matamoros, fueron trasladados de la Catedral en donde se encontraban, hasta el mausoleo del monumento a la Independencia. La Lámpara Votiva que se mantiene encendida de manera permanente en honor eterno a nuestros héroes de la Independencia, se instaló por decreto del entonces Presidente de la República, Lic. Emilio Portes Gil, el de 6 de abril de 1929.

Aún cuando pocos lo saben, existe una estatua confinada dentro del mausoleo que guarda los restos de los héroes de la Independencia. Pertenece a un irlandés cuyo nombre fue Guillén de Lampart y que llegó a México en el año de 1640. Este oscuro personaje, se dice que en su delirio se autonombró Rey de México y que por tal motivo fue encarcelado y después sentenciado a morir en la hoguera. Se desconoce la razón exacta por la que fue colocada esta estatua en un sitio tan especial de la columna.


Año con año, durante el mes de septiembre, funcionarios del gobierno de Veracruz y los veracruzanos radicados en la capital de la República, montan guardia de honor a los héroes de la Independencia, al pie de la Columna.


carrofonseca@hotmail.com





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