XALAPA VERTIGINOSA
Por Carlos Rodriguez Fonseca
La otrora tranquila ciudad de Xalapa se ha vuelto vertiginosa gracias a la sobre saturación vehicular y a la gran velocidad con que estos circulan.
Cuando se construyó el paso a desnivel de “La Araucaria”, obra que por cierto costó cuatro veces más de lo originalmente planeado, hubo diversas críticas no sólo en cuanto a su diseño, sino principalmente por el gran riesgo que representaría el carril de descenso por la enorme velocidad a la que circularían, por simple inercia, todos los vehículos que la transitaran, sobre todo una vez que se construyera y abriera al tránsito el puente Bicentenario.
A causa del rompimiento del puente “fidelidad” de Murillo Vidal y a los varios años que duraron las obras del Bicentenario, no hubo muchos accidentes que lamentar; sin embargo, desde que éste se abrió a la circulación, ya son varios los accidentes ocurridos debido a la velocidad que se alcanza en esa larga bajada.
Hace unos meses fue al coincidir en la salida de 20 de noviembre, un camión urbano y un trailer, mismo que tras el impacto brincó el camellón y fue a estrellarse contra un automóvil que circulaba por el carril contrario, sin que afortunadamente hubieran víctimas sino solo daños materiales.
La semana pasada, justamente pasando el puente de Murillo Vidal frente a la estancia Garnica (cuya venta de anturios seguramente nivelará las finanzas del IPE), hubo un choque por alcance donde se vieron afectados cerca de diez vehículos, uno de los cuales por la velocidad que llevaba, se metió abajo del que iba adelante y sus ocupantes se debatían entre la vida y la muerte, amén de otros que resultaron lesionados.
Esporádicamente, las autoridades de tránsito, no se si estatal o municipal, implementan un operativo a base de colocar conos amarillos en los carriles de bajada, logrando si, que todos los conductores aminoren su marcha, pero provocando unas filas larguísimas tanto en la calzada Lázaro Cárdenas, como en 20 de noviembre y en Araucarias; sin embargo, cuando quitan ese paliativo, todo mundo vuelve a su acelerada costumbre.
Es menester que se busquen otras alternativas, por lo que me permito hacer un llamado a las autoridades que corresponda, para que se instalen no topes, sino vibradores reductores de velocidad en diversos puntos del carril del Bicentenario hacia la Plaza Américas y en el sentido de Las Trancas hacia el centro de la ciudad, mas o menos a la altura de la Universidad Xalapa y a la salida del fraccionamiento Las Ánimas. OJALÁ ESCUCHEN.