Toda vez que Xalapa cuenta ya con un herpetario bien instalado, consideré oportuno enviar la segunda parte del artículo que escribí sobre este mismo tema. Como recordarán en la primera parte expliqué el porqué la distinción de los diversos nombres para estos animales; ahora me referiré a la simbología que han generado los reptiles de distintos géneros a lo largo de la historia ya que las serpientes han sido apreciadas en algunas culturas, pero repudiadas en otras.
En occidente, en las creencias cristianas y del Islam, el demonio ha sido representado con las serpientes, en este caso con Satanás de acuerdo a la Biblia y el Corán, donde se relata su condena por tentar a Adán y Eva. Incluso en los primeros capítulos y versículos del Génesis, después de cometer la tentación, relata como Dios, aparte de decirle que se arrastrará y andará sobre su pecho, también le augura que habrá una enemistad entre ella y la mujer; que le morderá su talón y la mujer le quebrará la cabeza.
Ese relato bíblico ha inspirado a la iglesia católica para representar a la Virgen María como la Inmaculada Concepción, pisando a una serpiente tal como relata el Génesis, pero el reptil en vez de morderle el talón solo lleva una manzana en su boca. En otros casos también se ha representado a Jesucristo pisando una serpiente, pero no como se dice en el Génesis de la Biblia sino como una representación de lucha entre el bien y el mal.
Algunos teólogos al hablar sobre la historia de
Moisés, dicen que para liberar al pueblo hebreo según el relato bíblico, Dios convirtió su bastón en una serpiente en medio de la zarza ardiente cuando Moisés entró en contacto. De acuerdo a esta historia, se interpreta que Dios a través de Moisés demostraba su furia contra el pueblo egipcio frente al
Faraón. De acuerdo a esta historia, consideran que el bastón de Moisés es una serpiente de aspecto positivo y a la vez milagroso.
En el
Antiguo Egipto,
Uadyet (la cobra) era la «Señora del Cielo», símbolo del calor ardiente del Sol y la llama del fuego. Representaba la fuerza del crecimiento, la fertilidad del suelo y de las aguas en la
mitología egipcia. La cobra era la diosa protectora del
Bajo Egipto y del
faraón. Sin embargo, la serpiente
Apofis era el símbolo de las fuerzas maléficas que habitan el
Duat, e intentaba retener la barca solar de
Ra.
En el
Lejano Oriente la serpiente es considerada un animal sagrado, divino y protector contra las energías negativas, que representa fuerza, energía y sabiduría. Además es venerada principalmente dentro de la cultura
hindi. En el cristianismo el
Espíritu Santo es representado en una
paloma blanca, pero aquí, el Dios
Siva, es representado como una serpiente, sobre todo una
cobra. La cultura
China la considera también una entidad protectora; un ejemplo de ello lo encontramos en la
Gran Muralla China serpenteando sobre un terreno montañoso y ubicada en el centro de color amarillo.
En la antigua Roma, el dios
Esculapio (dios de la medicina) adoptaba forma de serpiente, lo que ha dado nombre a la serpiente de Esculapio, razón por la cual las serpientes eran veneradas por los romanos como curación de todos los males.
El
Basilisco es representado en algunas culturas como una gran serpiente con una mancha en la cabeza con forma de corona que mata con la mirada o si se le ve en una baldosa o en un espejo, su mirada petrifica.
De igual forma, en México y
Mesoamérica eran veneradas por gran parte de las culturas que allí florecieron. El ejemplo más famoso es el del Dios
Quetzalcóatl, la
Serpiente Emplumada, conocida como
Kukulcán para los
Mayas.
Para concluir, cabe añadir que el símbolo nacional mexicano como lo es nuestro escudo patrio, no tiene una explicación clara sobre el bien o el mal, pero se funda en la leyenda de que los mexicas, venidos del Aztlán, debían establecerse en el lugar donde encontraran a un águila real posada en un nopal devorando una serpiente, lo que supuestamente ocurrió en la gran Tenochtitlán, cuna de nuestra hermosa y gigantesca ciudad capital.
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