NO mis amables lectores, no voy a referirme a las componendas que acaban de salir a flote sobre los convenios de dos partidos políticos para intercambiar aprobación de impuestos por no-alianzas en el Estado de México, sino al correo electrónico que hace pocos días me envió mi amigo, el ingeniero Roberto Brunel, relativo a una nota periodística escatológica que me hizo recordar algunas situaciones que recientemente han venido ocurriendo en nuestro país.
La nota se refiere a un estudio realizado en India, donde se reportaba que la población de ese país “deposita” al aire libre (en las calles, en los campos de cultivo, en las carreteras, etcétera) un poco más de 100 toneladas de excremento humano cada día y que toda esa materia fecal acaba convirtiéndose en aerosoles que flotan en el aire y los sólidos escurriéndose a los arroyos y ríos.
Continúa señalando que no hay un río que cruce alguna población de cierto tamaño que no esté irremediablemente contaminado con materia fecal humana o de ganado, el cual en los números que deambulan por todos lados, contribuyen con una cantidad adicional muy importante a la de los desechos humanos.
En nuestro querido México, según datos proporcionados por la Comisión Nacional del Agua, en la actualidad alrededor de 700 mil personas no tienen otra opción que defecar al aire libre, lo cual representa unas 30 toneladas diarias de excremento, que acaba también desecándose y convirtiéndose en aerosol o siendo arrastrado por las lluvias y, en el caso de algunas regiones como Chalco, probablemente infiltrándose por las grietas profundas de terreno, hasta los acuíferos que proveen de agua a los habitantes de esta área y tiene repercusiones poco evaluadas en cuanto a su efecto en los acuíferos de esa zona, profundamente modificada por los asentamientos que nunca deberían haberse realizado ahí.
En la primera mitad de los años 70, el llamado Instituto Auris del Estado de México, realizó un estudio y una evaluación del impacto posible de los planes de desarrollo urbano del corredor Texcoco-Chalco. La recomendación que hizo el grupo de análisis, integrado por científicos en mecánica de suelos e hidrología como Fernando Hiriart, Marcos Mazari y otros expertos mexicanos, uno de los cuales era el propio ingeniero Brunel, fue la de no transformar una de las zonas de suelos agrícolas de primera calidad, con rendimientos récord mundiales en alfalfa y otras gramíneas, que no se podrían reponer en ninguna parte del país, para convertirla en una zona urbana. ¿cual fue el resultado de esa recomendación?: NINGUNO, ya que nadie hizo caso de esa información y se regularizaron los asentamientos humanos que de hecho ya se habían apoderado de esas tierras.
Y he aquí, gracias a la intervención de líderes venales y funcionarios públicos corruptos ¿hay de otros?, mismos que indudablemente obtuvieron descomunales ganancias en la venta de esos terrenos, fue como nació una enorme nueva ciudad que ha hundido los suelos de la zona y generado grietas profundas en la arcilla expandible de esa feraz región del país.
Resulta que ahora ese problema ha adquirido una forma más líquida y más dañina en cuanto a su acceso a los mantos acuíferos. Debido a las fuertes lluvias que cayeron a principios del año, se provocó el desbordamiento del llamado canal de La Compañía, afectando esa zona y las colonias aledañas de la propia ciudad de México y representaron descomunales daños patrimoniales y personales para quienes vivían por debajo de su cauce, así como para la salud de quienes prácticamente tuvieron que nadar en ese mar de excremento.
El mal está siendo atendido por las autoridades tanto del Estado de México como del Distrito Federal, pero lo cierto es que estamos “cosechando”, si así se le puede llamar, el resultado de los intereses especulativos urbanos y políticos impuestos a la razón y a la información seria, sólida y bien intencionada de expertos nacionales.
Sin embargo, mientras sigamos siendo testigos impávidos de los arreglos (en lo oscurito) entre partidos políticos, continuemos manteniendo el enorme aparato burocrático y no se combata a fondo la corrupción imperante en nuestro país, no será aquella la única área en la que sigamos “cosechando” resultados como éste en el futuro y todos felices terminaremos practicando nataciones escatológicas…
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