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LAS NUEVAS POLÍTICAS BANCARIAS


CARLOS RODRÍGUEZ FONSECA



Con motivo de las recientes reformas que se hicieron a la normatividad fiscal federal y que entraron en vigor a principios del presente mes de julio, los bancos quedaron ahora convertidos en recaudadores del llamado impuesto sobre depósitos en efectivo que es del 2% cuando tales depósitos rebasen la suma de 25 mil pesos durante un período de treinta días, lo cual ha provocado una serie de dudas por la incertidumbre en cuanto a la periodicidad que se dice será conforme a mes calendario, pero resulta que si antes de que concluya el mes, el cuentahabiente dispone del efectivo y no alcanza el saldo para aplicar el porcentaje del impuesto, entonces el banco le hará el cargo al mes siguiente. Lo que no queda claro es si en esos casos puede considerarse como moroso y entonces podría hacerse acreedor a una multa por pago extemporáneo.



Por otra parte, en un asunto completamente ajeno a la reforma fiscal, parece ser que ahora los bancos pretenden establecer como política, el que cuando un cuentahabiente deposite en su cuenta personal un cheque librado por un tercero y que dicho cheque sea devuelto por insuficiencia de fondos del librador, independientemente de descontarle el monto del importe del cheque depositado y la correspondiente comisión que cobra la institución por concepto de falso cobro, para devolverle físicamente el cheque, dicho cuentahabiente tiene que cubrir al banco el importe del mismo y después de un plazo no menor a diez días, el banco podrá entregarle el documento para que realice lo que a su interés convenga..



Tal procedimiento, en vez de ser un servicio para el cliente, le impone a éste una carga económica que no siempre podrá ser cumplida, pues suponiendo que el cheque fue depositado dentro de los términos que señala el artículo 181 de la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito, pero hubiera correspondido al pago por la venta de un inmueble u otros bienes de gran cuantía y el beneficiario que lo depositó, no cuente con los recursos suficientes para cubrir al banco el importe del documento, para que éste le sea entregado y que aquella persona que le libró el documento le pide que le reintegre el cheque devuelto para pagarle la cantidad en efectivo o de alguna otra forma, dicho beneficiario no está recibiendo un servicio eficiente y honesto por parte del banco, ya que el dinero no es suyo sino de su cliente, independientemente de que tal proceder le pueda frenar a éste, la posibilidad para ejercitar oportunamente las acciones legales en contra del librador.



Además, creo que esa política bancaria va a dejar a sus propios cuenta habientes sin la posibilidad de demandar el pago de la indemnización a que se refiere el artículo 193 de la misma ley, (20% del importe), pues es de pensarse que el librador del cheque no pagado, si aceptara voluntariamente reponer el daño infringido al librado, no querrá de manera alguna pagar tal indemnización, a menos que se la demanden en la vía judicial y el beneficiario, si quisiera demandar, tendrá que erogar de su bolsillo, una cantidad que de ninguna manera le corresponde realizar.



Considero que la CONDUSEF deberá tomar cartas sobre esta última “política bancaria”, a fin de proteger los intereses de los usuarios de los servicios financieros que presta la banca privada.








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¿VACACIONES O VIAJES DE ESTUDIO?


CARLOS RODRÍGUEZ FONSECA




Reza un dicho popular que “el que va a la Villa, perdió su silla” y pareciera que es práctica de algunos, aprovechar cuando un funcionario se ausenta unos días de su cargo para señalar sus yerros, confiando en que con ello, el Gobernador del Estado lo releve del puesto.

Aún cuando en el caso de los presidentes municipales tendría que ser el Congreso el que pudiera determinar lo conducente, de unos días para acá, he venido leyendo en los diversos medios, una serie de señalamientos y críticas hechas por funcionarios, periodistas y chismosos de café, por el viaje de placer que hizo a Europa el Alcalde porteño Jon Rementería con su esposa e hijos, por ser esta una tradición familiar que han venido haciendo desde hace muchos años, según sus propias declaraciones.

Dicen los críticos que conforme a la Ley, ninguno de los alcaldes tiene derecho a disfrutar de vacaciones toda vez que no han cumplido con un año de servicios en el puesto que ocupan, lo cual es puntualmente cierto, pero es cierto también que no es el primero de los ediles u otros funcionarios de los gobiernos estatal o municipales que se ausenta del Estado y del País, con la diferencia que seguramente el viaje de Jon lo hizo cubriendo el costo con sus propios recursos económicos, en tanto que otros que han salido al extranjero, argumentando declarado que se trata de viajes de trabajo para conocer sobre las políticas públicas que se practican en sudamérica, Europa o en el continente asiático, así como estudiar el funcionamiento de los servicios que prestan las autoridades de las ciudades o países que visitan y consecuentemente han viajado con cargo al erario público.

Es verdaderamente lamentable que durante la ausencia del Alcalde jarocho, hayamos tenido muchos días de mal tiempo en todo el Estado, pero la verdad es que los daños en el municipio de Veracruz no fueron de grandes proporciones, pero han sido atendidos de manera oportuna y diligente por los demás ediles del Ayuntamiento, encabezados por la síndico municipal, quien por cierto ha aprovechado la ausencia del jefe para echarle un poco de tierra, lo cual no se vale.

Ya párenle, ¿no? O acaso se trata de una consigna?

carrofonseca@hotmail.com



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¿VACACIONES O VIAJES DE ESTUDIO?


CARLOS RODRÍGUEZ FONSECA



Reza un dicho popular que “el que va a la Villa, perdió su silla” y pareciera que es práctica de algunos, aprovechar cuando un funcionario se ausenta unos días de su cargo para señalar sus yerros, confiando en que con ello, el Gobernador del Estado lo releve del puesto.

Aún cuando en el caso de los presidentes municipales tendría que ser el Congreso el que pudiera determinar lo conducente, de unos días para acá, he venido leyendo en los diversos medios, una serie de señalamientos y críticas hechas por funcionarios, periodistas y chismosos de café, por el viaje de placer que hizo a Europa el Alcalde porteño Jon Rementería con su esposa e hijos, por ser esta una tradición familiar que han venido haciendo desde hace muchos años, según sus propias declaraciones.

Dicen los críticos que conforme a la Ley, ninguno de los alcaldes tiene derecho a disfrutar de vacaciones toda vez que no han cumplido con un año de servicios en el puesto que ocupan, lo cual es puntualmente cierto, pero es cierto también que no es el primero de los ediles u otros funcionarios de los gobiernos estatal o municipales que se ausenta del Estado y del País, con la diferencia que seguramente el viaje de Jon lo hizo cubriendo el costo con sus propios recursos económicos, en tanto que otros que han salido al extranjero, han declarado que se trata de viajes para conocer sobre las políticas públicas que practican, así como estudiar el funcionamiento de los servicios que prestan las autoridades de las ciudades o países que visitan y consecuentemente han viajado con cargo al erario público.

Es verdaderamente lamentable que durante la ausencia del Alcalde jarocho, hayamos tenido muchos días de mal tiempo en todo el Estado, pero la verdad es que los daños en el municipio de Veracruz no fueron de grandes proporciones, pudiendo decirse que son mínimos, pero además han sido atendidos de manera oportuna y diligente por los demás ediles del Ayuntamiento, encabezados por la síndico municipal, quien por cierto ha aprovechado la ausencia del jefe para echarle un poco de tierra, lo cual no se vale.

Ya párenle, no?


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